Situada en una ubicación magnífica a pie de una playa muy buena, de arena fina, aguas calientes poco profunda. La habitación era amplia, con aire acondicionado, baño y wifi gratis. Servicios básicos típicos de una pensión. Echamos de menos un armario y una televisión en la habitación. El personal fue amable y correcto. El desayuno es muy agradable en la terraza a pie de playa, aunque con poca variedad. El restaurante tiene buena comida pero con precios algo altos. Por la noche la cocina está cerrada, aunque pueden ofrecer comida que haya sobrado del medio día. No hay ningún otro bar o restaurante en Calarreona. Nosotros fuimos a Águilas a cenar (a 10 minutos en coche).