Hotel con encanto. No está en primera linea de playa, pero por bajar dos calles no mata a nadie.
Hemos ido antes de semana santa y el lugar era muy tranquilo, nos hospedamos en una habitación de la planta baja y unos amigo en una de la superior y de verdad, ninguno de nosotros escuchabamos ruido (ni de las limpiadoras), en muy rara vez escuchabas al vecino de la otra habitacion hablar, lo cual me gusta bastante.
El hotel tiene cafetería, no puedo opinar de esta ya que no hemos ido, pero es un plus muy grande el poder usarla para desayunar.
Recepción bastante amable, durante la mañana o la tarde todo correcto con ellos, por la noche no veíamos a nadie (no los hemos necesitado para nada tampoco).
Para acceder a la habitacion te dan dos llaves (no funciona con tarjeta) una que abre los portones y otra la de la habitación. No hemos tenido ningún problema para acceder.
Tienen garaje (desconozco precio), fuera al no ser temporada alta hay parking en ambos lados de la calle, hasta en la misma puerta del hotel, un plus muy grande ya que en esta zona hay bastante bastante aparcamiento. La zona es tranquila al ser sobre todo chalets.
La única pega es la limpieza, en algunas ocasiones se nos hizo muy fuerte la lejía y eso que habían pasado horas desde la limpieza (no es problema muy grande ya que abres todo para ventilar). La bañera o el lavado vimos algunas durante los días, las bocas de duchas estaban sucias (más para cambiar que otra cosa). Toallas OK sin más, hacen el apaño.