Para una estancia corta, vale. Nuestra habitación olía a tabaco que prácticamente hizo imposible dormir por la noche sin abrir la ventana (con el frío de diciembre). El soporte del papel higiénico a punto de caerse. El lavabo con restos de anteriores clientes, al igual que un jabón encontrado en la parte superior de la ducha. La ducha imposible usarla sin sacar el agua fuera. Los marcos de la puerta hinchados de tanto mojarse. El teléfono, nunca conseguimos que nos contestasen antes de llegar. El sistema para poder entrar y salir fuera del horario de apertura me pareció curioso. Desayuno caro para lo que era. Las camas, cómodas. Tiene sistema de calefacción. Aparcamos fuera sin problema. Bus para ir y volver al centro de forma conveniente. Se puede también ir andando, aunque es un paseíto. Por el precio que cuesta, no se puede pedir más, salvo el tema del tabaco, eso es inaceptable. Quiero pensar que fue puntual en nuestra habitación. Necesita muchas mejoras. No hice fotos.