El hotel está a 7 min andando de Piazza San Marco. Desde el aeropuerto de Marco Polo, pilla el vaporetto hasta Ospedale y luego camina 10 min. Justo en frente hay una cafetería para desayunar. Y al lado una tienda que cierra tarde.
El hotel en sí es un edificio muy antiguo. Las habitaciones están bien y las camas son cómodas. El baño está bien, aunque había un desagüe junto al retrete que producía una olor nauseabunda a menos que lo cubriésemos con toallas.
Tenemos la sensación que nos estafaron (y aún querían estafarnos más) con el ‘impuesto por noche’. Según la reserva debíamos 2€ por habitación y noche. Pero en recepción nos pidieron justo el doble… y, tras pagar, y no darnos recibo, nos lo volvieron a pedir. La segunda vez no lo pagamos, claro. Así que cuidado con eso.