Ha sido una experiencia interesante. Un hotel muy económico casi en plena Piazza Garibaldi, al lado de la Stazione Centrale (por eso lo elegí, aunque la zona es terrible...)
Dato curioso: había que poner una moneda de 10 cts. para que el ascensor funcionara... Pero en total muy poco!
Siendo limpio, teniendo mi propio lavabo, café en la mañana, ascensor y en la zona que me interesaba a tan bajo precio, todo comentario negativo sobra.
Además me pude comunicar perfectamente en alemán con el manager -mi italiano no es brillante...
También tuve en el armario una caja de seguridad muy oportuna porque Nápoles es una ciudad muy insegura para nuestros monederos...