Lo mejor del apartamento es su ubicación a unos pasos de la famosa grúa de Gdansk. Es amplio con una cómoda cama de matrimonio y sofás cama. El baño es pequeño pero moderno. No tiene cocina ni mesa de comedor por lo que el desayuno, que te suben a la hora que acuerdes, lo tomábamos sentados en el sofá sobre una mesita baja, lo que no era muy cómodo. Por las mañanas, la luz del día nos despertaba muy pronto porque no tiene cortinas opacas en las ventanas, que dan al canal del río por un lado y a la calle trasera por otro lado. Con todo, nosotros estuvimos a gusto.