En conjunto, me parece un sitio "de pasada" donde ir si no queda ninguna otra opción. La habitación está en una especie de pabellón anexo que parece una residencia (todas las ventanas con rejas, habitaciones frias, sin luz, sin aire acondicionado). Cogimos un pack romántico, que no merece la pena. Eran unas chucherias en una caja, unos bombones en una bolsa de plástico y una botella a elegir entre cava o vino. Lo malo es que por la noche (que es cuando podíamos beberla) rla ecepción estaba cerrada y se la tienes que pedir a ellos, así que no fue romántico. Estaba limpio (un olor muy fuerte a desinfectante), las camas eran cómodas, y el baño era práctico. Por ese precio, escogería otra cosa. No creo que repitamos, a no ser que no nos quede más remedio.