El trato de todo el personal del hotel, tanto a mi llegada como durante toda mi estancia, fue excelente y muy cordial, pero al final, tras haber abonado mi estancia y cuando salía con la maleta para dejar el hotel, se me ocurrió preguntarle al recepcionista cual era la puerta de acceso al garaje (que por cierto tenía inmediatamente a su izquierda) y, en lugar de indicarme la puerta de acceso al garaje, pretendió con brusquedad, muy malas maneras, desconsideración y grosería, que guardara cola tras varias personas que estaban haciendo el check-in o check-out, únicamente para indicarme cuál era la puerta de acceso al garaje...: Le hubiera sido suficiente un simple gesto... Ufffff...! En mala hora se me ocurrió formular pregunta tan simple a ese buen hombre... En cualquier ciudad del mundo preguntas por una calle y te responden con infinita mayor cortesía que este malhadado recepcionista del Hotel Don Pancho...