Es un hotel precioso, con un paraje idílico y unas perfectas instalaciones.
Se ven muchos animales salvajes sin salir del hotel, todo un lujo.
No obstante, si tuviera que destacar algo sería el excelente trato recibido por parte de todo el personal. Todos han sido muy amables, pero hago especial mención a Steven y Christian, ambos camareros, personas encantadoras.