Es la segunda vez que los visito y quedé algo decepcionado, personal de recepción es buen trato pero vacío, creo que cualquier hotel sin excepción deben de otorgarte toallas independiente de las personas que las roban están contempladas y al final a mí me las pidieron como si me las estuviera robando (aún trayendo radios pudieron preguntar, me sentí como ladrón), le permite la entrada al personal del SAT para mantener relaciones sexuales espontáneas me tocó ver cómo se metían dos chicas con un vato para un rapidin, se supone es un hotel familiar no un motel de paso, la cocina estaba un poco descuidada está ocasión a diferencia de la primer vez que los visite, se supone está prohibido el uso de bocinas y por respeto les valió madre a recepción eran ya pasadas las 12 y unos huéspedes en sus habitaciones con bocinas y un ruido que recepción jamás puso orden, en cuanto a limpieza de habitaciones, pasillos, escaleras, lobby, alberca no hay queja alguna (excepto en cocina), en el estacionamiento deje mi ranfla y jejeje le metieron un golpe ya me di cuenta cuando regrese a casa y lo limpie ni pex cosas que suceden.
Quizás vuelva una ocasión más pero con la idea de si en algo fallan la verdad dudo mucho regresar a este hotel.
Quizás vuelva una última vez