El pueblo muy tranquilo y bonito en Diciembre, para disfrutar de las rutas naturales y las aguas termales.
El personal del hotel muy amable, nos solucionaron rápido los imprevistos.
Las habitaciones eran bastante nuevas, con todos los servicios básicos, radiador y aire acondicionado, no hay bidé.
El SPA no tiene grandes cosas pero es suficiente para relajarse. Con la sauna y la piscina ya se disfruta bastante.
El comedor tiene servicio de comida y cena, con menú completo a 14€, buen valor respecto a lo que hay alrededor.
Buenas vistas en el lado del río.